Juan de los Muertos

Juan tiene cuarenta años, de los cuales la mayoría los ha dedicado a vivir en Cuba sin hacer absolutamente nada. Ese es su modo de vida, y está dispuesto a defenderlo a cualquier precio, acompañado de su socio y compinche, Lázaro, que es igual de vago pero el doble de tonto. El único vínculo emocional de Juan es con su hija, Camila, una joven y bella muchacha que no quiere saber nada de su padre porque lo único que hace es meterse en problemas.
De pronto comienzan a suceder una serie de extraños acontecimientos: la gente se vuelve violenta y se atacan unos a otros. Al principio Juan está convencido que no es más que otra etapa de la Revolución. Los medios de comunicación oficiales se refieren a los ataques como incidentes aislados provocados por disidentes pagados por el gobierno de los Estados Unidos. Pero poco a poco se va dando cuenta de que estos atacantes no son seres humanos normales y matarlos es bastante difícil.
No son vampiros, no están poseídos, pero definitivamente no son disidentes; una simple mordida contagia a las víctimas, y la única forma de vencerlos es destruirles el cerebro.
Juan decide que la mejor manera de enfrentar la situación es prosperar con ella. “Juan de los muertos, matamos a sus seres queridos” es su slogan; Lázaro con su hijo Vladi, y Camila (a quien no le quedó más remedio que unirse a su padre cuando su abuela trató de comérsela) son su ejército, y su misión es ayudar a la gente a deshacerse de los infectados que los rodean… por un precio aceptable.
Pero esta plaga de sanguinarios agresores parece incontrolable. La población ha quedado indefensa. Llega un momento en que la única solución que encuentran algunos es tirarse al mar para huir de una isla convertida en una verdadera carnicería, y a Juan no le queda más remedio que hacer lo contrario de lo que ha hecho toda su vida: asumir la responsabilidad y ponerse en el papel de héroe, guiando sus seres queridos con la esperanza de sacarlos a salvo de la locura en que se ha convertido una Habana repleta de zombies hambrientos.

 

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