Una cámara extrañamente alta nos pasea por un campo, mientras se oye una música cuya procedencia se nos escapa. Suena vagamente a los Balcanes, pero definitivamente es Ondas del Danubio, un vals de moda en los años 40. Ya en la primera toma de Papá salió en viaje de negocios (1984) están presentes la música y el vuelo, dos de los puntos clave en la estética que estaba empezando a crear Emir Kusturica (en la foto), y que profundizaría en varios filmes posteriores.
Rápidamente conocemos a Malik, quien prolijamente se presenta y se apresta a conducirnos por su mundo. A través de sus ojos conoceremos a su familia y a sus vecinos de Sarajevo; él será nuestro guía. Pero el mundo que ve este niño de 6 años es un mundo bastante complejo, lleno de áreas grises que él irá cubriendo con su imaginación. Más allá de su conciencia de los hechos, el universo relacional en que está inmerso se organiza para privarle de su padre y proponerle un cuento para que se lo crea: él se ha ido “en viaje de negocios”.