Vuelo a la libertad

kusturica-jovenUna cámara extrañamente alta nos pasea por un campo, mientras se oye una música cuya procedencia se nos escapa. Suena vagamente a los Balcanes, pero definitivamente es Ondas del Danubio, un vals de moda en los años 40. Ya en la primera toma de Papá salió en viaje de negocios (1984) están presentes la música y el vuelo, dos de los puntos clave en la estética que estaba empezando a crear Emir Kusturica (en la foto), y que profundizaría en varios filmes posteriores.

Rápidamente conocemos a Malik, quien prolijamente se presenta y se apresta a conducirnos por su mundo. A través de sus ojos conoceremos a su familia y a sus vecinos de Sarajevo; él será nuestro guía. Pero el mundo que ve este niño de 6 años es un mundo bastante complejo, lleno de áreas grises que él irá cubriendo con su imaginación. Más allá de su conciencia de los hechos, el universo relacional en que está inmerso se organiza para privarle de su padre y proponerle un cuento para que se lo crea: él se ha ido “en viaje de negocios”.

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El título es —metalingüísticamente— el del pretexto oficial que la burocracia del régimen de Tito asignaba a los miembros rebeldes del Partido mientras éstos hacían valientemente “trabajos voluntarios” para el bien de Yugoslavia. Nadie, ni Malik, cree en este viaje de negocios. Los adultos saben de qué se trata, pero nadie lo nombra.

La película transcurre paralelamente a través de dos personajes y dos puntos de vista: por un lado las aventuras de Malik, y por otro las de Mesa, su padre. Estas constituyen la parte mas política del film, donde Kusturica elabora una fábula kafkiana ambientada en la Yugoslavia de Tito, cuando el país estaba empezando a definirse, apartándose ideológica y políticamente de Stalin (aunque sin embargo mantenía alguno de sus métodos represivos). El otro lado es un asombroso relato de infancia de Malik, que empieza a descubrir un mundo muy complejo, donde su personalidad y su cuerpo entrarán en conflicto directo con un mundo de adultos que es para él totalmente absurdo. Los adultos tratan de elaborar explicaciones de ciertos hechos —de ahí el “viaje de negocios”— pero él se da cuenta perfectamente de que algo está pasando. Estas dos narraciones se complementan y realimentan una a la otra, se relacionan armónicamente. Narrada linealmente (aunque con muchas elipsis), la película alterna el punto de vista aparentemente inocente de Malik, en el que se le da lugar a los aspectos más “mágicos” del film, con el de su padre, más cercano a un tono realista.

Esta es una película de transición dentro de la carrera de Kusturica, quien había hecho su primer largometraje en 1981 con ¿Te acuerdas de Dolly Bell?, escrita por Abdulah Sidran. En ésta su segunda película Kusturica vuelve a colaborar con el guionista musulmán bosnio, y muchas de las experiencias volcadas en ella se basan en elementos autobiográficos de uno o de otro, ya que los dos crecieron en el Sarajevo de la posguerra. Recordemos que en 1984, cuando se filma Papá…, la presencia de Tito —muerto en 1980— era aún palpable en Yugoslavia. Faltaban todavía años para que la palabra perestroika se hiciera presente en el lenguaje de Occidente, de modo que el tema de la represión política era algo bastante arriesgado para abordar. De hecho, luego de su estreno, esta película le granjeó a Kusturica no pocos enemigos, por lo que decidió irse a los Estados Unidos.

Texto: Alejandro Pi.

Fuente: revista «Pulso Audiovisual», diciembre 2003, Uruguay.

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1 comment

  1. Excelente que repitan esta pelicula… y la foto del director esta muy buena 🙂

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