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(Fuente: La Nación)
Ford logra peso, trasmite el desasosiego de una época y de ser doblemente solo, porque sin que la homosexualidad sea un tema, gravita la idea de la soledad cultural que significa amar invisiblemente y sufrir en secreto la pérdida del ser amado.
Tom Ford, el director de “Un hombre solo”, es más conocido por ser un diseñador de modas para la casa Gucci. Y esto que podría ser un lujo y, por momentos se ha vuelto en su contra, mucho se le ha criticado el hacer un videoclip cargado a la belleza estética que el hacer una película hecha y derecha. Sin embargo, “Un hombre solo” da cuenta de algo que casi siempre se olvida cuando uno ve una película y es que cada plano, cada ángulo y frase es producto de una concienzuda elección y un sentido homenaje. Ford elige, selecciona con pinzas cada uno de sus movimientos, opta sí por la elegancia extrema pero sin manierismos, porque todo está en función de la historia sobre un hombre que carga con la soledad de haber perdido a su pareja, ser gay en la década del sesenta y ya no tener ganas de vivir.
En la cinta, Colin Firth interpreta genialmente a George, un profesor de literatura que no logra sobreponerse a la muerte de Jim, su novio. Todos los días se levanta y realiza la misma rutina que le permite que el resto vea que es él. Selecciona su ropa, lustra los zapatos, se lava la cara y todo es un esfuerzo. Pero ha tomado la decisión de quitarse la vida y asistimos a su último día. Va a clases, se junta con una vieja amiga (Julianne Moore) que está también sola y durante todos esos trayectos el espectador siente la ansiedad, la pena y la tortura.
No hay personajes felices en “Un hombre solo”, a lo más hay recuerdos dulces, pero todos ellos ya pasaron y hoy se sienten amargos. Todos están en tránsito, buscando otra cosa, salir de un estado de angustia inminente. George entabla leves conversaciones con algunos alumnos de la universidad, se fuma un cigarro con un desconocido en busca de aventuras, toma un trago con un joven que muestra un interés romántico y todos esos gestos son signos de la necesidad de escapar del agobio.
Mezclando imágenes idílicas del pasado en la que lo vemos disfrutar de cosas tan simples como leer un libro junto a Jim, con la carga emocional de la pérdida, Ford logra peso, trasmite el desasosiego de una época y de ser doblemente solo, porque sin que la homosexualidad de George sea un tema, gravita en la cinta la idea de la soledad cultural que significa amar invisiblemente y sufrir en secreto la pérdida del ser amado. Junto con esto, está siempre presente la idea de los otros observando, la preocupación de George por ejemplo de saber si el resto es capaz de leer en su ropa o en su rostro la verdad.
George no llora, a lo más golpea con fuerza un pan congelado. La contención es la emoción que Ford ha elegido para dotar a la historia de sentido. Ha elegido también ser brutalmente cuidadoso con el diseño: el vestuario, el lenguaje, la cámara y la edición. Muchos de sus pasajes recuerdan el uso del color de Almodóvar (como en la escena cuando se baja de su auto y vemos un enorme afiche de “Psicosis”) o los melodramas de Douglas Sirk tan bellamente construidos. Pero a pesar de esa preocupación extrema por el uso de recursos estéticos, no se sienten caprichosos o insubstanciales, porque -y aunque cueste creerlo- la cinta es también una alegoría paradójica de esos placeres en los que importa ver y sentir. Que es al final el porqué vamos al cine.
Por Lídice Varas (2010-08-08).
Fui ayer a ver la película, y es HERMOSA!!
Parece una obra de joyería fina… La secuencia en que aparece la imagen de este post refleja la soledad absoluta que todos hemos vivido o viviremos en algún momento.
A pesar de tratar sobre un tema ingrato, no se sale del cine con una sensación triste.
Super recomendada.
Una hermosa película que realmente llega como una bofetada
a nuestra continua disconformidad con la vida. Con una fuerte pero a la vez superficial
temática gay, trasciende para dar una lección de vida a todo quien la vea.
Increíble dirección, guión, fotografía y actuación.
Un verdadero regalo al corazón y al alma.
La pelìcula es delicadamente hermosa, muy emotiva, se siente el dolor en el aire, està llena de recuerdos que inundan el alma de quien ha perdido un gran amor, se ha ido y ya nada importa. Tanta es la pena que ni siquiera puedes ver lo que està tan cerca de tì y que no sabes, tal vez, pueda significar un nuevo comienzo.