El genial y multifacético director inglés Peter Greenaway, realizó esta adaptación libre del clásico de Shakespeare «La Tempestad», encarando el proyecto desde Próspero, el noble caído en desgracia. Dedicado a una tarea menos estresante que la de defenderse de las traiciones palaciegas, Próspero, «escribe» un libro que contenga «todo» lo que existe en el mundo. La representación visual de tamaño emprendimiento es lo que intenta mostrar el director británico.
El dispositivo «inventario» es, en toda la poética discursiva de Greenaway, de máxima importancia ya que sintetiza en un solo signo, el control y la instancia matematizante del fluir artístico. Greenaway, mantuvo lo discursivo de Shakespeare , pero visualmente se alejó de él en la simbología representativa. La película es recomendable bajo cualquier punto de vista, aunque sólo sea para admirarla como obra de arte.